El cardo mariano, nombre propio de la medicina natural donde los halla, y uno de los remedios más eficaces para gran numero de enfermedades, es que como su peculiar nombre nos indica una planta sagrada.

Originaria de países Mediterráneos, de Asia, de India y de Siberia; fue naturalizada también en el resto del mundo e incluso cultivada, en países como: Austria, Rusia, Polonia o, Crimea. Al igual que en América, con Argentina, Venezuela o, Ecuador. A esta especie vegetal, siempre la encontraremos en su hábitat natural, creciendo en bordes de cultivos, en caminos, carreteras, o incluso en descampados de cualquier pueblo o ciudad.

La planta en si es muy valiosa, sus delicadas hojas son exquisita verduras comestibles, y las flores, que aparecen en agosto, son eficaces coagulantes de la leche. Pudiéndose elaborar con ellas desde queso a cuajada o requesón.

Pero lo que más Sorprende, es que el cardo mariano sea considerado todavía una de las plantas más poderosas medicinalmente hablando. Sus semillas, con alta contenido de la misteriosa y compleja sustancia llamada, silimarina, hace que desde antiguo se haya utilizado para sanar de múltiples dolencias crónicas o severas del hígado y de la vesícula. Igualmente, otra sustancia contenida en sus semillas, la silibinina, se ha usado y se usa, para nada menos que la desintoxicación por ingestión de las amanitas, en especial de la phalloides, pero también de la muscaria, ambas setas verdaderamente peligrosas que podrían llegar a producir la muerte o la alucinación. Además el cardo mariano es favorable en casos de altos niveles de azúcar en sangre, siendo poderoso hipoglucemiante, que reduce también el colesterol. Y es que nos encontramos ante una planta verdaderamente sagrada, de ahí su nombre cardo mariano.

Una leyenda nos dice que, un día estando la Virgen Maria, junto a esta maravillosa planta, daba el pecho al niño Jesús, cuando unas gotitas de su leche, sagrada y santa, cayeron sobre esta planta. Desde entonces y en su honor, adquirió este cardo la tonalidad blanco y verde de sus hojas. Quedando así bendecido y repleto de numerosas virtudes para la eternidad.

Por todo esto y mucho mas, no es de extrañar, las maravillas que se atribuyen a este remedio popular, del que recientemente se ha descubierto, tener altas propiedades antiinflamatorias e inmunomoduladoras, inhibiendo la producción de óxido nítrico o del factor nuclear kappa B, haciéndonos sospechar que esta sagrada y poderosa planta, podría ayudar a prevenir y curar el incomprendido, e inexplicablemente, incurable cáncer.